Mi doctrina

Escribir es bueno, pensar es mejor. La inteligencia es buena, la paciencia es mejor. (Hermann Hesse, Siddharta)

Creo que esta frase define muy bien mi estilo de vida y mi trayectoria personal. Ninguna doctrina, el tesoro es lo inexplicable y lo imposible de ver.

Seguiré pensando…

 

Moriremos algún día

Pues sí. Sigo obsesionado con la muerte. ¿Es posible que exista un libro de instrucciones para «ese momento»?

Los tibetanos tienen un Libro que marca el camino y describe a la perfección como hemos de pasar la frontera de la consciencia al más allá. ¿Existe el más allá?

Vamos a ver el documental y seguiremos pensando en el asunto…

La muerte

Entre mis amigos es conocido mi miedo a la muerte y todo lo relacionado con ese tema. es decir, sufro tanatofobia.
Es un miedo al frío vacío y al no retorno… a no sé qué.
Hace mucho tiempo, años, una amiga me hizo una dedicatoria;
«para mi la muerte es como un baño de espuma. ¿Nos bañamos?»
En el momento no supe valorar suficientemente la idea y trascendencia de la frase. Ahora, con la muerte más cercana, voy entendiendo algo más.
Pero, todavía sigo temiendo desaparecer incluso en vida.

Una musa entre dos hombres

No es extraño ni nuevo que un compositor y/o intérprete dedique una canción a una mujer, a su amor, a su compañera.

Hay mujeres que han producido en sus parejas una inspiración especial, temas perfectos, excelentes, auténticas declaraciones de amor musicales que dan a conocer al «mundo» sus más íntimos sentimientos.

Pero hay una mujer que ha producido todo esto en dos hombres, en dos genios. Ambos le han dedicado composiciones magistrales que han hecho historia. Algo tendrá Pattie Boyd.

Pattie Boyd

Pattie Boyd llegó a casarse con George Harrison, tonteó con su compañero John Lennon (al que siempre le gustó) y después dejó a George para irse con su amigo Eric Clapton. Esto ocasionó una crisis entre ambos, pero no perdieron la amistad, ni mucho menos.

Layla

Lo excepcional que veo en Pattie Boyd, también llamada Layla, es el efecto que produjo en sus parejas. Canciones de un nivel excepcional, magníficas. Como «Something» de George Harrison, «Wonderful tonight» y «Layla» de Eric Clapton. Incluso llegaron a interpretarlas ambos juntos en el escenario. ¿Qué pensarían en esos momentos?

Volved a escuchar estas tres obras maestras y pensad en quien pensaban los compositores. Vaya con Layla!

Somos lo que escuchamos

Hace unos días tenía pensado escribir sobre la personalidad de quien escucha una música determinada. Es decir, si podemos ser algo muy distinto a lo que representa la música que escuchamos. Alguien que no puede pasar sin escuchar a Mozart, ¿Puede ser un asesino? ¿Tiene algo que ver una cosa con otra? ¿Hay ciertas canciones que incitan o inducen a actos criminales?

Debatiendo sobre esto me llega un artículo de la revista Muy Interesante que con el título «la música que escuchamos» analiza estudios que demuestran como somos en función de la música que escuchamos;

http://www.muyinteresante.es/ciencia/preguntas-respuestas/ila-musica-que-escuchamos-dice-mucho-de-nuestra-personalidad

La verdad es que ya no sé que creer, ¿Será esto verdad? Pero yo sigo pensando en la posibilidad de un asesino melómano, sensible, de excelente gusto musical. Incluso puede tener la misma música que yo.

No, no puede ser!

Hoy me ha tocado el blues y el jazz… pues ya sabes como soy.

 

La música y el tiempo

¿Pasa el tiempo por una buena canción?

¿Cuándo sientes que escuchas algo antiguo?

Creo que para una buena canción no existe la moda. Está fuera de esa convención social. La moda es lo que pasa…

Como cualquier obra de arte. Imagina un cuadro, una escultura, un edificio histórico, etc.

Lo que sí podemos apreciar es la calidad de grabación y de reproducción, por la tecnología usada en ambos casos.

¿Suena pasado de moda Bach? ¿Y Chopin?

¿Y volver a escuchar los temas de los años 60? Más de 50 años y los seguimos explorando, estudiando y disfrutando.

The loco-motion

Trains and Boats and Planes

Es verdad lo que comenta Elena, cada canción, cada tema, conlleva tres historias. La real de cada autor e intérprete y su contexto, la que yo traslado cuando propongo escucharla y la propia de cada «escuchante».

A cada uno nos produce emociones diferentes.

¿Seguimos Comunicando?

Hace bastante tiempo que no escribo en mi blog “Comunicando” aunque eso no significa que comunique menos que antes. Últimamente me he volcado más con las redes sociales; Facebook.

El caso es que empecé a colgar música y comentarios en mi muro y fui dejando de forma progresiva de actualizar mi blog.

Son dos formas distintas de hacer lo mismo. Me he dado cuenta que el Facebook es más rápido y llego inmediatamente a mis “amigos”. También es verdad que el blog tiene más recorrido y puedo llegar a más personas. No tiene límites. Más de cuatro mil visitas este año lo acreditan.

Solo me mueve el trasladar mi música, la banda sonora de mi vida, a quien quiera escucharla y compartirla.  De vez en cuando hay cierta retro-alimentación y tengo comentarios  de muchos amigos, y de algunos lugares insospechados.

pick up

Este experimento socio-musical empezó hace unos años con unos compañeros de la UNED (entonces estudiaba Educación Social) a los que empecé enviando algunas canciones que nos ayudaran a estudiar y/o a relajarnos tras el estudio. La música como actividad socio-educativa.

La lista se fue haciendo más numerosa y, durante un año, se mantuvo aquella comunicación. A partir de entonces “rescaté” este blog que tenía un poco abandonado para seguir compartiendo y repartiendo mi banda sonora, a quien quiera que esté al otro lado de la red.

Ya son muchas personas que me identifican con mi música. Pesado algunas veces, otras insistente y siempre en mi mundo. Quiero creer que he conseguido que algunos conozcan temas que no habían escuchado jamás, que otros vuelvan a escuchar canciones de su juventud, e incluso que se vuelvan a escuchar los mismos autores con otros oídos, con otra lectura de la misma canción.

En fin, mientras pueda, seguiré a lo mío. Poniendo banda sonora a nuestras relaciones sociales.

Hasta pronto!

 

Música contra la guerra

 

jukebox2

Cambios sociales

Siempre me he preguntado si la música ha ido cambiando acorde a los gustos de la sociedad del momento, o bien ha sido la música la que ha modificado las costumbres, los gustos o la sociedad de forma global.

Durante siglos esto no fue así. Hasta la segunda mitad del siglo XX no explotó la revolución musical. Música y juventud modificaron algunas reglas del juego. Aquello solo fue el principio y ahora continuamos en el proceso.  ¿No?

Grandes músicos e intérpretes han sido líderes de unos cambios generacionales y sociales. Puede que muchos de ellos nos hayan condicionado, nuestra forma de pensar y de actuar. También como divertirnos, como educarnos, como aprendemos, etc. La banda sonora de nuestras vidas.

 

Banda sonora para un lunático

No hace falta saber de música para disfrutar de ella. Es una de sus grandes ventajas. Tampoco hace falta tener los pies en la Tierra, un lunático también puede disfrutar del placer espiritual de una buena canción.

Como buen lunático, obsesionado por la Luna, he estado durante años escuchando el tema «Blue Moon», distintas y variadas versiones sobre el mismo tema. Muchas «covers» con voces masculinas y femeninas, incluso sin palabras, instrumentales.

Un tema escrito por Richard Rodgers  y Lorenz Hart en 1934, que se ha hecho atemporal. Podría ser y sonar actual y es un clásico.

Es imposible para mi localizar todas y cada una de las versiones de «Blue Moon» pero puedo compartir contigo algunas de las que más me han gustado, y me siguen encantando. Pueden ser estas:

 

Banda Sonora de agosto

Estamos ya en agosto, de vacaciones, y el descanso físico implica más trabajo intelectual; leer, estudiar y escuchar más música.

Me he dado cuenta que vivo con las máquinas (coche, PDA, PC, iPod, iPad, BlueRay, etc.) que son mi ayuda, mis herramientas y, por supuesto, la mediación creativa con mi entorno.

Así veo pasar mi vida; escuchando música y leyendo, entre otras cosas…

Para estos días propongo unos temas relajados, que seguro producen nuevas sensaciones.